7.6.17

ésta es una heroína


COLOSAL
data: http://www.imdb.com/title/tt4680182

No es muy común encontrar, en el cine de hoy en día, historias inesperadas, historias que rompan el molde de lo ya visto. “Colosal” es uno de esos casos. Un chispazo de ingenio para contar la historia de la conexión entre una chica alcohólica y un monstruo que asusta a Seúl; en realidad no es otra cosa que una metáfora sobre las relaciones tóxicas. Algún crítico comparó a Gloria, la protagonista de “Colosal”, con la Mujer Maravilla con la que comparte cartelera porteña en estos días. Y, con buen tino, señaló que Gloria es más heroína que Diana Prince. Porque Gloria debe afrontar algo peor que un ejército: la violencia psicológica de sus parejas.

El alcohol le complica la vida a Gloria. Su novio le pone un límite, le pone las valijas en la mano y la invita a abandonar el hogar. Gloria regresa a su pueblo natal, con lo puesto: una bolsa con un colchón inflable. En el trayecto a su nueva casa, Gloria se topa con Oscar, un compañerito de colegio de la infancia, ahora crecido y propietario de un bar. Oscar le ofrece trabajo en el bar y reanudan la relación que había quedado archivada en el pasado.



Mientras Gloria trata de adaptarse al giro inesperado que tomó su vida, en Seúl, en la otra punta del globo, un monstruo gigante aparece de la nada y aterroriza a los surcoreanos. Así como aparece, se esfuma en el aire, sin que nadie sepa de dónde vino.

Una cosa no parece tener que ver con otra. Parece. Porque Gloria descubre que ese monstruo tiene una conexión con ella. Y que lo Gloria hace en Estados Unidos, repercute en la conducta del monstruo en Corea del Sur.

Ése es el puntapié del muy buen guion del español Nacho Vigalondo (director del filme). Y lo fantástico es una proyección del estado personal de Gloria. Poco sabemos de ella de cómo llegó a esa situación, de cuál es su problema. En fragmentos, nos llega la data de que era una chica prometedora, que tenía un futuro como escritora, que llegó a publicar algunas historias en Internet y que no pudo soportar la presión de las críticas. Todo esto lo sabemos por alguna frase, algún parlamento deslizado por los otros personajes. Sabemos también que, sutilmente, su pareja la subestima. Y que ella se esconde detrás de una cerveza para ocultar su debilidad.



En principio, Oscar parece la clase de hombre protector que le vendría muy bien a Gloria. Pero, a medida que pasa la película, Oscar revela su verdadera cara. Tal vez, la misma cara que le mostró a esa chica con la que estuvo a punto de casarse y que aburrió en seis meses de convivencia. Progresivamente, Oscar pasa del rol amable al oscuro. Y el quiebre se da cuando Gloria osa tener sexo con un tercero que no sea él. En ese momento, Oscar explota con lo único que tiene a mano: manipularla, amenazándola con causar daño a miles de personas en Seúl. Y el otro brote de Oscar se da cuando regresa el novio de Gloria. Nuevamente, Oscar apuesta fuerte. Y Gloria entiende que está en sus manos.

Uno tiene sus propios monstruos y trata, de manera torpe, de causar el menor daño posible a los otros. Pero, a veces, no queda otra que escudarse en ese monstruo para enfrentar a los otros monstruos, aquellos que se nos oponen y pueden arruinar nuestras vidas. La escena final de Gloria enfrentándose a Oscar es una metáfora de esas mujeres que se ponen de pie y se sacan de encima, de un manotón, a esos pusilánimes que creen que pueden hacer lo que quieren por el simple hecho de ser hombres.



Hay otro giro interesante en la trama de “Colosal” y que se da en un diálogo entre Gloria y Oscar. Uno podría creer que la conducta abusiva de Oscar es un “exceso” de amor, un intento de posesión errado nacido de un amor no correspondido. Pero Gloria da con la verdad: lo de Oscar es odio. Odio por su propia vida, por su propia mediocridad. Odio que se expresa en hacer sentir a los otros tan miserables como se siente él. Y el flashback en el que Gloria logra recordar dónde empezó la historia del monstruo, en que momento de la infancia es decisivo: desde niño, Oscar era un abusador, un tipo que disfrutaba haciendo sufrir a otros.

Pequeña en su forma, deliciosa en su desarrollo, “Colosal” se sostiene en la siempre sólida actuación de Anne Hathaway, bien secundada por Jason Sudeikis. La gracia de Anne como nuestra protagonista es clave para que creamos lo que es muy difícil de creer: que un monstruo gigantesco está pateando las puertas de la ciudad de Seúl.

Mañana, las mejores frases.

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